ESPACIO HISTORICO DEL FRENTE DEL NALÒN 26.04.14
La sierra del Pedroso-Bufarán, principal cordal prelitoral del centro de Asturias, fue un importante enclave del frente asturiano durante la guerra civil española. El dominio del estratégico paso del puente de Peñaflor fue objeto de enconada defensa y desenfrenados ataques que llegaron a dejar más de 600 víctimas en un sólo día. Al valor rememorativo de este lugar, impregnado de Historia, se une el patrimonial. Abandonado el campo de batalla, la vegetación ocultó y preservó durante tres cuartos de siglo las obras defensivas que hoy son un extraordinario ejemplo de la ingeniería militar de campaña, testimonio de la pérdida de tantas vidas en una lucha fratricida que forma parte de nuestra historia más personal, vinculadas como están a un conflicto brutal que enfrentó a nuestros antepasado.
Las sierra de Bufarán y Pedroso constituye el principal cordal montañoso prelitoral del área central asturiana. Presenta una orientaciónNE-SO con el pico Friera (623 m.) y Gorfolí (618 m) como límite septentrional, y el desfiladero de Peñaflor, cortado por el río Nalón, como meridional. Su eje transversal con respecto al río hace la divisoria administrativa entre los concejos de Las Reguerras (al Este) y Candamo (al Oeste), municipios que forman parte del grupo comarcal Camín Real de La Mesa, al que también pertenece Illas (al Norte de la sierra) y Grado (al Sur). Cotas reseñables, además de las ya citadas, son la peña del Cuervo (544 m.), los altos de La Llinar (594 m) el alto de La Degollada (624,40 m.) con su vértice geodésico, el pico Pedroso o Pedrozu (614 m.) y el Cimero (424 m.).
Desde fechas recientes esa parte de la sierra alberga una estación eólica. Las masas forestales son más abundantes en la mitad meridional formando bosques de pino destinados a la explotación maderera, con elementos aislados de vegetación autóctona.
El poblamiento de la zona, que tiene como testimonio más antiguo la presencia de numerosos túmulos sepulcrales megalíticos, es el típico de los valles de media montaña asturiana con pequeños núcleos de baja concentración.
La Guerra Civil dejó una fuerte impronta tanto en el paisaje como en la memoria colectiva. El río Nalón, convertido en primera línea de frente y el puente del desfiladero de Peñaflor como enclave estratégico en las comunicaciones, dieron un protagonismo importante a las elevaciones de la sierra, ocupadas por ambos bandos durante doce meses (desde octubre de 1936 a octubre de 1937), separados en algunos puntos por apenas unos pocos cientos de metros.
El río Dele, nace en ella y recorre toda su vertiente occidental hasta confluir en el Nalón. Por el lado oriental nacen los ríos Soto y Perma, también afluentes del Nalón.
Su relieve y la cercanía al mar determinan el clima de la sierra, que se caracteriza por temperaturas suaves, humedad y frecuencia de nieblas. Debido a los múltiples pliegues de su orografía el aprovechamiento agropecuario has sido durante las últimas décadas preferentemente forestal. Los primitivos bosques autóctonos de castaños y robles fueron dando paso a zonas de pasto, abandonadas en gran medida en el segundo tercio del siglo XX transformándose en monte bajo que aún predomina en la mitad norte.
La contienda bélica que asoló España entre 1936 y 1939, bautizada por algunos historiadores como “la guerra de los mil días”, tuvo en Asturias, en cuanto a operaciones militares se refiere, una duración menor: 15 meses, entre julio de 1936 y octubre de1937, en los que prácticamente no hubo día sin combates de intensidad. El control de Oviedo por parte de los sublevados durante todo el periodo de hostilidades determinó las acciones militares llevadas a cabo en Asturias: la ciudad permaneció cercada durante 3 meses y luego precariamente comunicada con Galicia a través de un estrecho “pasillo”, hasta que se produjo la victoria franquista en todo el Norte.
Ese pasillo, o corredor, partía de Oviedo por el Oeste hacia San Claudio y seguía en dirección a El Escamplero para enlazar con la villa de Grado por el desfiladero de Peñaflor, cruzando el río Nalón. Veinte kilómetros defendidos con posiciones como la Loma del Pando, la sierra del Naranco y Villaverde, los montes de La Trecha, Otero, Guilero, Ania, La Parra, el monte Los Pinos y en esta sierra el pico del Arca, el Cimero, La Manga y Cotaniello (hostilizadas también en la propia sierra por las del Pedroso, Carballinos y La Escrita).
El río se convirtió, en su tramo bajo, desde Peñaflor hasta su desembocadura en la ría de San Estaban, en primera línea de frente y la zona sur de la sierra en intersección de los dos frentes, el del Nalón, con un bando a cada lado del cauce y el frente del pasillo, que en Peñaflor cruzaba el río, convirtiéndose por tanto la sierra en enclave de suma importancia, pues su dominio significaba para unos el mantenimiento del corredor Oviedo-Grado y para otros, la oportunidad de cortarlo y aislar Oviedo.
Tras la fallida ofensiva republicana que tuvo lugar en octubre del 36 y desembocó en el establecimiento de estos dos frentes, el mando gubernamental preparó una nueva operación que inició el 27 de noviembre. En la sierra, la toma del pico Cimero fue un efímero éxito, pues la posición fue recuperada por los sublevados. La batalla del Monte los Pinos (Grado), al otro lado del río, donde varios batallones con el apoyo de nuevos blindados rusos, avanzaron llegando al centro de Grado, dejó clara la vulnerabilidad del pasillo aunque sin lograr estrangularlo.
En febrero del 37 el ejército republicano lanzó el que pretendía ser ataque definitivo sobre Oviedo. Quince brigadas con el apoyo de casi cien piezas de artillería, decenas de blindados, apoyo aéreo y dos trenes blindados, atacaron la capital de Asturias y también el pasillo de Grado. Pero el único éxito para los atacantes fue tomar la Loma del Pando, fracasando nuevamente el intento de cortar las comunicaciones en las inmediaciones de Peñaflor. El Ejército Popular del Norte quedaría debilitado material y moralmente desde ese momento. La Asturias republicana pasó entonces a la defensiva bajo el lema “Fortificar es vencer”.
Aún intentarían tomar el pasillo en agosto, partiendo desde las posiciones de la sierra. Fue la última ofensiva republicana en el frente Norte. Tuvo lugar el 1 de agosto del 37 con el objetivo de tomar las posiciones del Cimero, La Manga, Cotaniello y Arca, defendidas por el 3º Batallón del regimiento Mérida 35 y una amalgama de compañías de diversa procedencia (Infantería de Marina, Tercio de Requeté Gallego, R.I. Zaragoza, R.I.Zamora, y una secc. De la 10º Compañía de Zapadores).
Dos divisiones de infantería llevaron el peso de la operación, la División de Choque Asturiana y la Div. de Reserva del III Cuerpo de Ejército de Asturias, con la División Montañesa en reserva y apoyo de artillería, aviación y vehículos blindados.
La victoria se antojaba segura por la manifiesta superioridad de hombres y armas, pero la operación fracasó. La artillería republicanaque debía castigar las posiciones enemigas antes del amanecer para facilitar el asalto de la infantería, pero esta retrasó su actuación, y no pudieron aprovechar la oscuridad para aproximarse sin ser vistos. Además, errores de cálculo llevaron a que el fuego de las baterías republicanas hiciera blanco en sus propias fuerzas. La aviación gubernamental sufrió también sufriço varios percances: dos aparatos chocaron en Gijón al colocarse en formación y otros cuatro resultaron alcanzados por los antiaéreos enemigos, dos de ellos derribados en el campo. No tuvieron mejor suerte los blindados, recibidos en Cuero con fuego de un cañón antitanque. La ofensiva dejó en una sola jornada de lucha más de 600 muertos en el campo debatalla y una ingente cantidad de heridos.
Tras este fracaso, las fuerzas del Ejército del Norte no emprendieron más acciones ofensivas. La campaña ordenada por Franco en la cornisa cantábrica les obligó a mantenerse en permanente defensiva hasta la caída del frente Norte, en octubre de 1937.
Area Recreativa de La Degollada
Hay tres senderos perfectamente señalizados, con diferentes trayectos
Cruze para visitar los primeros signos de la defensa del Pedrosu
Una de las trincheras
Nido de ametralladoras
Deposito de armamento
Recreaciòn de unas de las defensas
Acceso a uno de los bùnqueres
Ineterior del bùnquer
El acceso era bantante limitado
Parte del grupo
Valle de La Calzada
Como la ruta no era muy grande se decidiò a ir a visitar los pueblos de Bohiles y Villar de Candamo.
Grullos y parte del Nalòn
Llegando a Bohiles
Villar de Candamo
Bohiles
Corchando sidra
Fuente especial en casa de nuestra compañera Yolanda
Visita a un criadero de conejos enanos y cobayas
Villar de Candamo
Bohiles desde Villar
Plantaciòn de las famosas fresas de Candamo
Area Recreativa de La Degollada
Hay tres senderos perfectamente señalizados, con diferentes trayectos
Cruze para visitar los primeros signos de la defensa del Pedrosu
Una de las trincheras
Nido de ametralladoras
Deposito de armamento
Recreaciòn de unas de las defensas
Acceso a uno de los bùnqueres
Ineterior del bùnquer
El acceso era bantante limitado
Parte del grupo
Valle de La Calzada
Como la ruta no era muy grande se decidiò a ir a visitar los pueblos de Bohiles y Villar de Candamo.
Grullos y parte del Nalòn
Llegando a Bohiles
Villar de Candamo
Bohiles
Corchando sidra
Fuente especial en casa de nuestra compañera Yolanda
Visita a un criadero de conejos enanos y cobayas
Villar de Candamo
Bohiles desde Villar
Plantaciòn de las famosas fresas de Candamo
Valle de Las Ablanosas
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